13/3/09


e l l a s c r e a n



En la historia del arte anterior al siglo XX nos encontramos con un papel de excepción, un rol de novedad acordado al arte de la mujer. Esta es un arma de dos filos. El carácter excepcional con el que se reviste una actividad artística femenina sólida proporciona a la artista una fama inmediata, pero esa misma fama impide y elude un análisis cualitativo y profundo de su obra, que de algún modo la lleva a figurar aparte de las tendencias imperantes de su momento. Se convierte así en una efeméride, un hecho curioso que entra a formar parte del debate artístico-intelectual de su momento. El arte femenino se caracteriza precisamente por esa indeterminación cronológica y ahistórica que evoca la palabra "primera".
Para muchas artistas principiantes la cuestión se ha planteado de este modo: ¿tradición artística (por ende masculina) o búsqueda de una creación-mirada femenina? A pesar del poco atractivo de la oferta que conlleva esa pregunta ha habido una serie de mujeres artistas que se han interesado por buscar lo que en palabras de Foucault sería esa genealogía de saberes (ocultos, escamoteados, ridiculizados), que conforman la creación en femenino.

Quizás la artista que ha logrado una imaginería del hogar con toda la ambivalencia odio-amor, haya sido Louise Bourgeois que realiza una plasmación imaginativa y emocional del sentir femenino del hogar. Bourgeois establece una serie de asociaciones entre los hilos sutiles del afecto y la identidad materna en que la aguja sirve para unir pero también suturar, cerrar, obstaculizar. Equipara las concavidades de la matriz con la madriguera, la guarida pero también la celda, la prisión. Sus obras nos hablan de fertilidad y nutrición pero también de represión, de dominación.

La condición femenina en el arte, como en el sexo ha venido configurándose hasta ahora como la de objeto, más que sujeto. Las mujeres a menudo han desarrollado una relación con su cuerpo como si de su propio objeto se tratase. La independencia de la mirada masculina produce una configuración de seres híbridos entre la declaración de su propia independencia y la costumbre de producir, de constituirse en deseo para el otro. Se trata de adquirir una mirada propia, de reconquistar otro sentido para el cuerpo femenino. Al igual que en el tema anterior mucha de la obra que se produce señala el encorsetamiento de la mujer, su aprisionamiento dentro de la sociedad y dentro del deseo masculino, es más una denuncia que una nueva visión, pero aún así para definir un nuevo lenguaje del deseo femenino es necesario concretar y revelar todos aquellos mecanismos que han hecho de la mujer un ser sexualmente silenciado.
Algunas obras interesantes son por ejemplo la de Vanezza Beecroft que reúne unas mujeres que han de mantenerse estáticas o condenadas a repetir movimientos disfrazados de un "deseo masculino". En Rubias de ensueño, las modelos ataviadas con pelucas rubias esperan pasivamente en una habitación, algo que no parece tener principo ni fin. Otro ejemplo es Orlan, que se ha hecho famosa por la manipulación declarada de su propio físico En muchas de sus intervenciones esta manipulación no iba dirigida a un embellecimiento tradicional del cuerpo sino a resaltar la metamorfosis como una imposición personal sobre su propio cuerpo y su imagen. También la obra de la norteamericana Cindy Sherman trabaja investigando el tema de los estereotipos femeninos. Sherman se fotografía a ella misma disfrazada, maquillada y vestida en determinada situación y enfoque de modo que la narración y el papel que ella ocupa nos es inmediatamente evidente, ya que parte de una secuencia que reconocemos. Así queda patente la configuración de una identidad femenina en base a unos pocos elementos.


Björk - hunter

http://www.youtube.com/watch?v=LYvHt63y_tA



















5 comentarios:

  1. Oh!! Louise Bourgeois... que maravilla.Publiqué una entrada sobre ella en La Fábrica, espero que te guste.
    http://lafabricadegarabatos.blogspot.com/2008/06/louise-bourgeois.html

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  2. Gracias por tu entrada. Yo la respeto muchísimo, soy gran admiradora de L. Bourgeois, me fascina su personalidad.

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  3. Hola. Me ha interesado esa visión que haces del trabajo de Bougeois, que aunque cierta, contiene ahora, otras, más amplificadoras. En la literatura hecha por mujeres podría exitir un símil a Bourgeois, pero el arte plástico expone de otra forma las subjetividades, de la que ella es un fuerte ejemplo, al igual que Sherman o Beecroft, salvándo las distancias personales y temporales. Obras que has descrito desde otro prisma interesante, en lo que se refiere a la interpretación de su trabajo.
    Llegué a tu blog a través del de Eduardo Alvarado, y también al pensar que la página tenía alguna relación con Pedro Casariego Córdoba, escritor no demasiado conocido, por otro lado.
    Un saludo.
    Iluminaciones.
    http://direccionunica.wordpress.com/

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  4. Gracias por tu interesante comentario.
    Con Pedro Casariego (poeta al que he leído por interés personal por la poesía)no tengo relación excepto la relación lejana familiar del fundador de la editorial Casariego (Rafael Casariego) que le puso el nombre de su apellido a la editorial que luego heredé yo y que actualmente dirijo. Tel pongo el link por si quieres husmear:
    http://www.casariego.com/
    LLevo tiempo sin cuidar mi blog, auque me gustaría retomarlo. Lo voy a intentar. Un saludo espero, iluminado. Isabel.

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  5. Sí, Pedro Casariego es interesante como poeta, con una mirada distinta, como si interpelase a la propia poesía, le pidiése cuentas con la realidad de las cosas. La editorial la conocía y veo que tiene textos muy escogidos, y que me recuerdan a la cuidada selección que hace también Siruela.
    Gracias por el enlace.
    Un saludo.
    iluminaciones.

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