23/1/13

· 36 años de Atocha ·




En la noche del 24 de enero de 1977 un comando ultraderechista entró en un despacho de abogados de Comisiones Obreras y militantes del PCE situado en el número 55 de la calle Atocha de Madrid. Los terroristas buscaban a Joaquín Navarro, dirigente del Sindicato de Transportes de CC OO, síndicato que convocó varias huelgas muy conflictivas en el sector pero que consiguieron desarticular la mafia franquista del transporte. A las 22.40h. llamaron al timbre del despacho. Buscaban a Navarro que se había marchado unos minutos antes. Así que decidieron perpetrar su crimen  con los abogados que sí estaban: los abogados laboralistas Enrique Valdevira, Javier Benavides, Fco. Javier Sauquillo, el estudiante de derecho Serafín Holgado de Antonio y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos tres abogados más y la esposa de Sauquillo que perdió el bebé que esperaba. 
El día después del atentado, se produjo el primer día de paro nacional de la reciente historia. A los dos días, asistieron al entierro más de ciento cincuenta mil personas. Fue la primera y multitudinaria manifestación después de la muerte del gran dictador.


Si el eco de su voz se debilita, pereceremos.

Paul Éluard



9/1/13

Presos españoles en Marruecos.



Muchos presos españoles en Marruecos (unos 150 aproximadamente) han sumado sus voces para denunciar las infrahumanas condiciones de vida, la vulneración de sus derechos y libertades fundamentales, la violación de la presunción de inocencia y el abuso de la prisión preventiva en las cárceles marroquíes. Denuncian también el abandono que sufren por parte de las instituciones españolas. (Hace años, todos estos hechos se denunciaron en un programa semanal de RNE conducido por Roberto Loya que puso el micrófono  para dar voz a los presos españoles en Marruecos: Libertad bajo palabra).

Muchos de sus delitos son de narcotráfico y tráfico de personas. Pero la mayoría cumple condena por pesca ilegal en aguas marroquíes. Es espeluznante una última llamada de socorro de un preso español:

“Aquí nos tienen como a los perros, dormimos en un cuarto 20 o 25 personas, nos lavamos con cubos de agua en un grifo, dormimos con mantas en el suelo, sin ventanas, esto..., los guardias nos pegan, quieren dinero..., esto es una locura ¡Dios mío! Y bueno, estamos aquí, mucha gente estamos por la cara, por estar pescando en aguas y escacharrarse un motor te meten en la cárcel. He visto chavales aquí tío..., que esto no. Tenéis que ayudarnos, que hacer algo”. 

Conviene denunciar el trato degradante, la indefensión y la inseguridad física y jurídica que sufren los presos.