3/2/09


El poema enseña a caer

sobre los variados suelos

desde perder el piso repentino bajo los pies

como se pierden los sentidos

en una caída de amor,

al encuentro del cabo

donde la tierra se abate y

la fecunda ausencia excede.

Hasta la caída venida

del lento deleite de caer,

cuando el rostro alcanza el suelo

en una curva delgada sutil

una venia a nadie en especial

o especialmente a nosotros un homenaje

póstumo.



El poema enseña a caer

Luiza Neto Jorge


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