10/7/12

· Marea negra ·





Unos hombres se encuentran bajo tierra en un recinto cavernario. A lo largo de éste, y hacia la luz diurna, se extiende el acceso al que confluye toda la caverna. En esta morada, atados desde la infancia, tienen los hombres su residencia. Mover la cabeza no les resulta posible pues están encadenados. Sin embargo les ha sido otorgado un resplandor de luz. Entre el fuego y los prisioneros, discurre un camino para mostrar por encima de ellos los prodigios.


Platón - República, Libro VII



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