El pueblo saharahui está personalizado en el Frente Polisario, oficialmente considerado como el representante legítimo del pueblo con derecho a la autodeterminación. Desde el alto el fuego del frente Polisario en 1991, el referendum de autodeterminación ha sido relegado por la obstrucción de Marruecos ratificada por la silenciosa connivencia de España y Francia.
En 1976, huyendo de los bombardeos marroquíes, el pueblo saharaui abandona su hogar y se refugia en el desierto argelino cerca de Tinduf. La población refugiada es de 170.000 personas que esperan regresar a su tierra tras 30 años de exilio. Están agrupados en cinco campamentos cuyos nombres hacen alusión a las ciudades del Sahara occidental. Están repartidos en milayas (provincias) y en darias (poblaciones divididas en barrios). En cada daria, los servicios públicos (educación, sanidad, cultura) se llevan a cabo por voluntarios saharahuis que demuestran, día a día, cómo la vida en los campamentos de refugiados está organizada de modo ejemplar.
En la escuela primaria, los niños aprenden castellano, francés e inglés. No hay escuela secundaria ni universidad pero los que siguen sus estudios van, sufragados por los propios saharauis, a terminar su formación a Argelia, Cuba, Libia, Rusia y España.
Desde un principio, las mujeres saharauis han desarrollado una gran labor social. Han mantenido las guarderías, escuelas, hospitales, centros de informática, autoescuelas, cooperativas de intercambio de ropa. Apenas dos años después de su exilio en 1978, las primeras mujeres diplomadas dejaban la escuela para abordar estudios superiores. Gracias a su capacidad organizativa y su tenacidad, las mujeres saharahuis han conseguido invertir las cifras de analfabetismo y, a día de hoy, entre el 90 - 95% de la población es alfabeta.
En la sociedad saharahui, las mujeres están representadas en los ámbitos civiles y políticos: más del 34% de representación. Esta alta participación social proviene de su cultura nómada, pero sobre todo, proviene de la ausencia del género masculino, activo en la rivalidad guerrera durante años ( 1976 - 1991). Tras el alto el fuego, los hombres regresaron a los campamentos militares y se encontraron con mujeres más educadas que ellos.
No olvidemos. Desde hace 17 años, las negociaciones se eternizan. Es hora que las Naciones Unidas asuman responsabilidades en la resolución del conflicto. El pueblo saharahui tiene el derecho de la autodeterminación.
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