Aún no se sabe si fue un
meteorito muy grande o un asteroide muy pequeño pero lo que sí se sabe es que la roca
que explotó el viernes sobre el cielo de Rusia tenía una masa aproximada de
10.000 toneladas y un diámetro de 17m.
Entró en la atmósfera a 18 km/s y se desintegró en 32 segundos.
Cerca de
900 habitantes de la región de Cheliábinsk sufrieron cortes sobre su cuerpo
producidos por los cristales rotos de sus ventanas y despedidos por la deflagración.
El trozo más grande del meteorito que impactó en la tierra de los Urales, se
hundió en el lago de Chebarkul. Los restos de la roca aún no han sido encontrados.
He visto mágenes y vídeos del impacto en el lago y muchos son ficticios y suplantados
por otros sucesos. Los acontecimientos naturales que no controlamos es lo que
tienen: producen estupor y desconfianza aunque también el sarcasmo de algunos engendra
este tipo de supercherías:
pozo de gas en Uzbekistan que lleva ardiendo treinta años, transferido al lago de Chebarkul.