Por el desierto de asfalto
cruzáis España hasta Marruecos
tras un año recogiendo basura en París
pulimentando carrocerías en la fábrica,
enrollando maromas en Marsella,
fregando escaleras en Bruselas.
En el maletero del coche, lleváis las estrellas.
Magos de Europa, volvéis a la tierra.
30 días unidos umbilicalmente
a vuestros ancestros que os esperan
30 días entre paréntesis occidental.
Rodáis kilómetros entre líneas discontinuas.
Vuestros vástagos reinsertados
en el deber ser del gris invierno
os miran con la indiferencia
de una generación.
Os honra la cabalgadura de segunda mano;
¡Lleváis tantos soles atados
en los cielos de vuestras caravanas!