Somos el que ponía los discos en los guateques. Tiene que existir, incluso sentirse importante, pero sólo para que los demás disfruten de la fiesta. Y de las tajadas que de la fiesta puedan salir.
Hace mucho que me he alejado de las cifras, me resisto no ya solo a creérmelas, ya también a conocerlas, que hay que ver los palotes que nos ponen a los editores las cifras. Por poner solo un ejemplo, basten las que se barajan respecto a los porcentajes de devolución. Nadie dice nunca que ahí esta metido el libro de texto, que vende muchísimo y en el que no hay devolución. Y también están ahí los best sellers. Nos engañan con lo del precio fijo (tabú, tabú...) para que nosotros y los libreros "pequeños e independientes" seamos los únicos que lo cumplimos, porque no nos queda otra. Con ellos compartimos también el honor de ser los felpudos de la distribución.